Se trata de un oficio tradicional cuyo desarrollo se remonta a principios del siglo XX. En nuestro caso, acometemos un trabajo en equipo y a pie de calle, puesto que lo ejercemos entre dos y en la vía pública de diferentes ciudades de la Península ibérica y de Europa.
Nuestra tarea consiste en retratar "insitu" a los paseantes que lo soliciten ante la mirada, a veces atónita, del público aprovechando la luz natural del lugar en el que nos encontramos. El proceso consta de los siguientes pasos: primero la toma, a posteriori el revelado del negativo, su reproducción y ampliación antes de finalmente proceder al revelado del positivo.
Técnicamente hablando, recurrimos al método denominado calotipo y para ello, utilizamos una cámara fotográfica elaborada por nosotros mismos y que cumple al mismo tiempo las funciones de cámara, ampliadora y laboratorio quimico. Realizamos retratos individuales o en pareja y fotografías de grupos en blanco y negro a partir de dos tipos de planos posibles: plano general o busto descontextualizado de su entorno. El tiempo de elaboración del retrato desde la toma hasta su entrega ronda alrededor de unos 10 minutos.